La madera termotratada de fresno experimenta un proceso de tratamiento térmico que implica someterla a temperaturas entre 180º y 220º, sin la inclusión de componentes químicos. Este tratamiento confiere propiedades ideales para su uso en exteriores y, además, la madera conserva su carácter totalmente reciclable.

Durante el proceso de tratamiento térmico, se generan cambios químicos en las fibras de la madera, resultando en beneficios significativos para su rendimiento al aire libre. Estos cambios incluyen el oscurecimiento de la madera, la reducción del contenido de humedad en aproximadamente un 30%, y una menor absorción de agua. Estas transformaciones brindan a la madera una mayor estabilidad dimensional, ya que no se ve afectada por los cambios en la humedad ambiental. Además, este tratamiento reduce la conductividad térmica, mejorando aún más las propiedades aislantes de la madera.

Es importante tener en cuenta que la madera sometida a tratamiento térmico tiende a adquirir tonalidades grisáceas con el tiempo. Por esta razón, se recomienda aplicar barnices después de su instalación para preservar y realzar su apariencia original, así como proporcionar una capa protectora adicional.

En resumen, la madera termotratada de fresno es una elección sostenible y funcional para proyectos al aire libre, con propiedades mejoradas gracias al tratamiento térmico que la hace resistente, estable y aislante térmica.