La caña fina de río, en su presentación sin pelar y con un aspecto rústico distintivo, ofrece una solución única y natural para diversas aplicaciones.

La caña fina de río se distingue por su aspecto particularmente rústico y natural. La falta de pelado resalta su autenticidad y le otorga una estética única.

Cada tramo de caña se cose a intervalos regulares de 20 cm utilizando alambre galvanizado. Este método de cosido proporciona estabilidad y asegura que las cañas permanezcan unidas de manera segura, formando un conjunto resistente.

El producto se presenta en rollos de 5 metros de longitud. Esta presentación facilita su manejo durante la instalación y permite cubrir áreas extensas de manera eficiente.

La caña fina de río es recomendada para su uso como elemento de ocultación sobre vallados residenciales. Además, es adecuada para proporcionar sombreo en cubiertas de jardín y pérgolas de madera. Esta versatilidad la convierte en una elección práctica y estéticamente agradable.

Al ser expuesta a las condiciones climáticas exteriores, el color de la caña fina de río experimenta una transformación gradual. Con el tiempo, se torna gris-negro, lo que puede agregar un toque adicional de rusticidad y carácter al entorno.

En exteriores, la caña fina de río puede experimentar una pérdida de resistencia con el paso del tiempo, especialmente con la transformación del color. Este aspecto debe considerarse al planificar su uso en áreas exteriores.

Cuando se utiliza en el interior, la caña fina de río mantiene una durabilidad elevada. Su resistencia y aspecto rústico la convierten en una opción duradera y estéticamente agradable para áreas interiores.

En resumen, la caña fina de río sin pelar destaca por su estética rústica y natural. Su versatilidad para proporcionar ocultación y sombreo la convierte en una elección práctica para diversas aplicaciones en entornos residenciales y de jardín.